New Balance Fresh Foam Vongo v2

Las New Balance Fresh Foam Vongo v2 tienen un perfil de uso amplísimo porque, aunque su segmento natural es el de los corredores pronadores de cierto peso, se deja llevar perfectamente por corredores neutros y de pesos medios o incluso ligeros si son de los que quieren mucha amortiguación. Pero, cuidado porque, aunque mantengan el perfil de uso, han introducido mejoras en todas sus partes con lo que han dado un buen salto de calidad rediseñándolas casi por completo.

El Fresh Foam de la mediasuela ofrece el soporte contra la pronación, no con dobles densidades, sino jugando con la geometría y las alturas, aumentando ligeramente el interior respecto al exterior. Aunque las veáis tan voluminosas, la altura del talón es de 24-25 milímetros y, con el drop de 4 milímetros, el antepié queda alrededor de los 20-21 milímetros, mucho menos de lo que aparentan. El tacto es muy blandito y confortable, pero no chicloso y ha mejorado la flexibilidad bastante.

La suela también se ha modificado para mejorar la flexión, con una ranura longitudinal más marcada, así como las transversales. Ahora hay más apoyo, con tacos de mayor tamaño y más planos, apta para prácticamente cualquier superficie y con un buen comportamiento, incluso en mojado. El upper es lo que aparentemente más ha cambiado, casi por completo. Se ha eliminado la estructura externa y mediante un diseño tipo botín se consigue un ajuste excelente que se mimetiza con el pie. Los únicos refuerzos que se ven desde fuera son los de la puntera, plastificados muy finos que casi no se nota.

Al ser para pronadores, no se ha descuidado el talón, también muy reforzado pero sin llegar a bloquear al pie tanto como para que se vuelvan toscas lo que permite rodar con ellas a ritmos ligerillos si toca pegar un acelerón momentáneo. Son rodadoras pero la dinámica es más ágil de lo que se podría pensar en un principio.